¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



domingo, 24 de marzo de 2013

El tacto





Quisiste tentar el tacto de las letras
porque decías: ¿cómo hacer duradero el perfil de una planta
o sujetar el dibujo de una nube
o conseguir que la raya del mar no se pierda
en una simple curvatura del ojo? 
Si escribo, vivo, me dijiste
dando a entender que todo es porque tú existes.
Yo me reí. Pero lo que me pareció ingenuidad u orgullo
 se confirmó entre tus manos:
en cada palabra escrita por ti había mundo
y el mundo que nos rodeaba, a ti y a mí,
no era el mismo sin  aquella lenta pero precisa arquitectura
que nombraba nuestros rincones habitados
e imaginaba los más inconcebibles
 antes de que nuestra presencia
se consumiera bajo una lengua de fuego.



* Fotografía de Tomatsu Shomei 


martes, 12 de marzo de 2013

Lenguaje





Una hoja habla porque ya está escrita.
Su savia es su tinta.
Procede de los minerales que nunca conocieron la luz
pero querían aprender a leer.
Entonces con el oleaje de los ríos que recorren sus entrañas
fecundaron la tierra en busca del lenguaje.
No hay muchos hombres que conozcan el alfabeto de una hoja.
Tiene infinitos caracteres
para poder expresar cuanto habita fuera de la vista.
Apenas deletreo algunos de sus signos
que me trasladan a oscuros secretos nacidos cuando yo era aún diáspora.
Por ejemplo, que antes de tu piel no hallé playa alguna
cuya superficie mimara tanto
la frágil superficie de mis manos. 




* Fotografía: Angèle Etoundi Essamba



martes, 5 de marzo de 2013

La hoja






He encontrado una hoja
moribunda
en el jardín del laberinto.
Por qué ha sido ésta y no otra
no lo sé.
Acaso mis dedos hablaron con ella
al tomarla
y supieron que podrían entender sus historias.
Acaso su mirada violácea
prefirió fijarse en mis mejillas
ajadas .
Acaso leyó en las últimas rayas de mi mano
aquello que no venía en las estrías
de su envés.
Fue una hoja a ciegas.
Como el azar
cargado de tinta
asió mi pensamiento
y lo envolvió en una pátina de ámbar.



* Imagen: Angèle Etoundi Essamba