¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



sábado, 30 de julio de 2011

Reescrituras




Me acerqué hasta el anciano mientras dormitaba apacible.

De sus manos deformes y rígidas escapaban algunos pliegos
que recitaban episodios de su vida dilatada y que reescribía.

Yo le había visto memorizar textos en varias ocasiones,
y cambiar, si lo consideraba, el sentido y la intención.
Un escrito es como el aire que expelemos, llegó a decirme una vez,
y del mismo modo que no hay una respiración para siempre
no hay un solo ejercicio transcrito para siempre. 

En mi imprudencia enderecé entre mis dedos aquellos papeles
que sujetaba firmemente  y leí con asombro:

Di que vienes a mí como el primer día.
Abundante y ligera como el primer día.
Luminosa y alegre como el primer día.
Como el primer día iniciaremos el camino que acaba con el mismo sol
y se reanuda a través de la aurora siguiente.
Cada jornada es única, mas también eterna.
Sé que vienes a mí, tú la imprescindible.

La posición de su regazo caído impidió que prosiguiera la lectura.
El gozo acarició mi pecho y sentí al hombre irrenunciable.
Del que él era portador. Del que yo pretendía aprender.





* Imagen de Manuel Boix. http://www.manuelboix.com/ 

lunes, 25 de julio de 2011

Los primeros relatos



Fue de boca de aquellas mujeres arrebatadas en su desnudez

cuando escuché los primeros relatos cautivadores,
los que recitaban en voz baja y atendíamos simuladamente los críos
como si no fuera con nosotros el grandioso desfile de las palabras entonadas.

Ay, aquellas crónicas impregnadas del vivir
cuyos significados apenas nos rozaban.
Se deslizaban a través de nuestros oídos hasta afincarse
en las estancias más profundas de las mentes
y, como luego supimos, en los humedales de nuestros deseos.

Suponíamos, al advertir el misterio de su narración,
que la vida estaba plagada de aventuras extraordinarias
que los caminos no eran rotundamente ni llanos ni agrestes
que las noches no siempre eran tenebrosas
si se sabía andar con paso decidido.

Las mujeres que habían sido madres y las mujeres
que habían dejado de ser niñas competían
acerca del interés por sus historias:
anécdotas de  mercaderes prósperos que se desplazaban
en caravanas, gestas de guerreros que tras su aparente ferocidad
procuraban asentar el sentido de la justicia, decires sobre arquitectos
que habían levantado ciudades esplendorosas y deslumbrantes,
relatos de escribientes de quienes se decía que eran capaces
de transformar cada acontecimiento con el giro asombroso de sus palabras,
advertencias sobre hombres que enamoraban a mujeres y las abandonaban
o  sobre mujeres que se prendían de otras mujeres
huyendo de la fatalidad y el rigor de sus matrimonios.

Lugar propicio aquella esfera que nos cubría
hasta vivir dos veces
hasta soñar dos veces
hasta agitar los anhelos más ocultos, aún indescifrables.





* Fotografía de Shirin Neshat




domingo, 24 de julio de 2011

Impaciencia


Quise como el anciano recapacitar acerca de la vida

bajo la frondosa generosidad del árbol y del cielo.

Pero, ¿qué podía yo meditar si aún mis días eran breves,
mis pasos cortos y mis miradas rápidas?
¿Cómo podía ponerme a pensar si despreciaba mi origen,
huía de la niñez y me dejaba arrastrar por la indolencia
que atenaza los años juveniles como si fuera el último instante?

Me vio en aquella actitud el anciano y fue contundente:
esto que va,  esto que viene, me dijo.

Cuando sientas ganas de llorar, llora, porque su necesidad te reclama.
Cuando desees reír, no te contengas y otorga valor a cada carcajada
que brota irreverente y audaz desde tu pecho.
Cuando el grito de tu bragadura te desboque
busca la mujer que te nombra desde el silencio y el deseo.
Cuando la pasión de tus manos  se vuelva imparable
entrégate al oficio y a la imaginación que te proporciona el sentido. 
Cuando prefieras soñar, no te contengas y date a la lasitud
como si se tratara del final de tu cabalgada.

Días llegarán en que por inercia meditarás bajo una sombra fértil,
cuando las sacudidas de tu ansia hayan sido calmadas.  


jueves, 21 de julio de 2011

La pregunta secreta



Con la primera mirada se deslizaba la primera pregunta.

Había curiosidad entre las espumas y el olor de los aceites.
Los cuerpos se impregnaban de sustancias que se extendían
hasta el fondo de los rincones y ascendían arañando la bóveda.
Descubrí los aromas a la vez que no podía apartar la vista
de los accidentes menudos de los cuerpos.

Me hiciste ver que el baño no era algo que afectaba exclusivamente
a la piel, y me decías que cada gota de agua,
cada sustancia que pulía nuestros torsos y acariciaba nuestras extremidades
abrían las puertas del más allá de los cuerpos visibles.
Y que el contraste de lo cálido y lo templado recorría
un camino de vericuetos que sólo se percibían muy dentro de cada uno.

Mas yo no podía desviar la mirada ni dejar de hacer la pregunta
secreta, la que dilató mi descubrimiento,
aquella que prolongó el encantamiento de una sensación confusa
y me hizo saber qué significaba estremecerse.


 


* La imagen pertenece a Shirin Neshat



lunes, 18 de julio de 2011

La higuera



Hallé al poeta anciano sentado debajo de la higuera.

En mi inocencia le pregunté qué hacía allí en soledad
mientras los demás venerables se hallaban a las puertas de sus casas
si para comer las brevas bastaba con llevárselas
si para tener sombra era suficiente el toldo de la calle principal
si para escribir poemas cualquier lugar era más cómodo
para extender el cálamo y el pliego
si para agotar los días era suficiente una apacible compañía.

El anciano poeta me miró desde sus ojos turbios
y permaneció en un recogido silencio. Luego balbuceó con lentitud:

no pretendo acompañamiento alguno pues los días pasados son mi séquito
ni busco bajo este árbol dadivoso el cálamo
ya que su savia escribe acerca de los hombres mejor que mi tinta
ni me interesa la ficticia sombra de las tiendas que borra la llama cenital
que aún me permite ver mis límites
y puesto que a mi edad he saboreado todos los frutos del árbol y del cuerpo
no requiero de otro cuidado sino del de mí mismo.

Me miró con benévola dulzura y yo me incliné ante su prudencia.
La que sólo sabe sopesar quien verdaderamente ha disfrutado de la vida.  




* Imagen: Obra de Mohammad Ali, 1530, Marruecos.


sábado, 16 de julio de 2011

Hamman de los mil rostros



La primera vez que me llevaste al hamman fue la extrañeza.

La cúpula de estrellas cegaba mis ojos.
Las sonrisas de los otros niños herían mi desnudez.
Descubrir es desconcertarse. Mi cuerpo fue más ausente
pero las miradas sencillas recrearon su presencia.

La primera vez que vertiste el agua sobre mi cabeza
lloré de perplejidad y de vergüenza.
Toda iniciación es también turbación
pues nadie nace hecho a lo inesperado
ni conoce el valor de las sensaciones.

Al diluirse el vapor aparecieron las moradoras envueltas
en edades y en cabellos y en pieles desplegadas al pudor
de la complicidad y de la observancia natural.
Me las presentaste una a una y al orgullo de ser madre
siguió la condescendencia de la acogida clamorosa.

Mundo de mil rostros de la mujer
donde los niños éramos vuestra prolongación.
Allí nos confirmasteis en la pureza de la ternura
antes que la sangre se desplegara por nuestras vísceras.  




* Imagen fotográfica de Shirin Neshat


martes, 12 de julio de 2011

Asra



No todos los días se descubren como vuelo de paloma.

Tu silencio me vence, tu silencio me desuella
y me vuelvo más frágil y no veo otro paisaje
que tu última imagen, querido mío, la de tu apartamiento.
Sueño entonces que cubro mi pasado y que soy
la nueva hija de todas las caligrafías que nos hacen renacer.

¿Qué nos ofrecerá el destino tras esta suerte
de acechanzas que aleja a los hombres de la tierra?
¿Qué nos reservarán las letras nuevas tras la muerte
de todo el alfabeto de la sangre?
¿Qué canciones inéditas saldrán de nuestras bocas
como desquite del tiempo extraviado?

No temas. Permaneceré oferente frente a la línea confusa
del horizonte para que, a tu regreso, seas el primero en verme.



lunes, 11 de julio de 2011

Tis´a



Libro abierto son mis manos

y sé que hay cien ojos clavados en sus páginas.

Pero cien ojos no leen lo mismo aunque sigan el mismo texto.
No interpretan la vida porque quieran conocerla.
No leen para aprender
ni para creer en el significado de las palabras
ni para ser más abiertos que el propio libro.

Pocos aprecian su manifestación aparente y su sentido oculto.
Porque leer es traer lo que se muestra fuera de nosotros
y sacar afuera lo que llevamos dentro.

Mi libro no se ha escrito para deslumbrar ni para obligar
ni para que todos tengan que entender como yo entiendo
el corazón y los márgenes de la vida.

Mi libro se escribe desde el tiempo que no vuelve
desde el paisaje que no se ve
desde el aire que ya no huele a jazmín.

Pero cuando lo repaso te miro a ti y observo tu perfil
insinuante que presta atención a mi lectura:
en ti contemplo también cómo gira mi mundo.

domingo, 10 de julio de 2011

Tamaniya



Habla la disidente: al darme la voz me das la mirada

y he aquí que con el gesto arriesgo
pero no hay marcha atrás y debo ser otra
para que el sentido me devuelva al origen.

No hay retorno idéntico y el tiempo ya no cuenta.
Mi corazón debe crecer hasta encontrar tu corazón.
Si supieras cómo contengo el deseo en tu ausencia.
Si advirtieras los susurros que mi boca emite cada noche.
Si imaginaras cómo exhibo mi desnudez a la oscuridad
y te la brindo para que te colme de gozo.

Tal vez hayas escuchado mis pisadas tenues.
Se abren paso entre tu infortunio y te llevan la esperanza.

Elevo las manos hasta tu boca. Hunde los labios
y apaga en ellas tu sed.

sábado, 9 de julio de 2011

Sab´a




Los profetas no sobrevivirán a vuestra mirada interior.

Pues ellos se basan en la palabra que pronuncian
y que copa vuestras ausencias
y se aprovechan de la palabra que no construís.

Pues la palabra, para ser auténtica, tiene que ser hecha
en el alfar de la voluntad
en las llamas de las ideas
y en la fuerza de la decisión
que es necesario que cundan en la ciudad de lo insustituible
que debéis habitar.

Desviad los ojos que os sustituyen
y contemplad cómo germina vuestro paisaje.
No es vuestro destino ser tomados a saco
ni ser suplantados por los propietarios del vocerío.

Si vaciáis su territorio no tendrán donde predicar
sus vanidades.

viernes, 8 de julio de 2011

Sitta



Adoráis el símbolo entregadamente

y tras él os persigue el concepto de la divinidad
que subyace entre vuestros vestidos y vosotras,
entre la apariencia y el ser, entre el ofrecimiento y la espera.

No habría imagen de lo que os vincula a la tierra
si las palabras no se fraguaran en el pensamiento,
si no salieran de las bocas,
si no se trazaran con las manos
ni se hornearan con las intenciones.

Adoráis el esfuerzo y en él la constancia
cuyo don es la supervivencia.
Iréis más allá, sin límite, si os proponéis que el símbolo
no se imponga a vuestra razón.

Postrad las resignaciones,  aplazad la docilidad
y extended vuestras rebeldías,
pues ningún texto es más sagrado que el murmullo
de vuestra sangre, el rumor
que emerge de vuestras entrañas,
el reclamo de que sois hijas poderosas del planeta.

jueves, 7 de julio de 2011

Hamsa




La tierra es vuestra pero también el mar

no para esquilmar sus bienes
sino para proporcionaros el nutriente justo
y fomentar la vida que reciclará la vida.

Vuestra partida es el retorno cotidiano;
algo que a ellos se les ofrece improbable.
Pero también es el testigo y la vigilancia y en vuestras manos
cabe toda la herencia que las culturas labraron
y que otros hombres pretenden destruir de modo abyecto.

Dejad que las olas os desnuden y os sumerjan en mundos de futuro
pues nadie os dijo antes que el primer pudor es recatarse de la miseria
y proveerse contra la aniquilación del instinto.

lunes, 4 de julio de 2011

Arba`a



Las mañanas son lo más lleno de la vida.

Lo que merece la pena no es invadir los espacios
con objetos que no hablan por sí mismos
ni azarar el tiempo con planes que no están en nuestra mano mantener.

Es la sensación del cuerpo naciente cada día
lo que otorga ocupación y sentido
lo que da capacidad y provisión
lo que toca la tierra y vuela como el aire.

Hasta el más incrédulo alza su vista sobre sí mismo
en el instante de despertar,
y sabe que el sol alivia su vida y le promete venturas
y agradece ser un día más presencia y acto.

domingo, 3 de julio de 2011

Talata



La encrucijada es la distancia.

¿Habrá dos nubes iguales? ¿Y dos despedidas?
¿Habrá dos silencios semejantes? ¿Y dos besos?
Cuando suena el oleaje parece el mismo
de hace un instante pero la arremetida contra las rocas
suena siempre con un matiz nuevo.

Allí en la orilla está el límite entre el pasado
y el vacío. Ambos lo saben
y se mantienen frente a frente por si no hay retorno.

Las guerras de los hombres son inútiles.
Habla el desconcierto y se deshace la calma
de la vida ordinaria. La que se les niega.  

sábado, 2 de julio de 2011

Itnin



El fruto de los tiempos fue el abandono.

Y  con él la espera.  Los campos nunca permanecieron yermos
Porque ellas estaban allí.
 
Primero contemplaron el horizonte. Volvieron la espalda
a la aldea como si ésta hubiera dejado de existir.
Las olas les arrebataron nombres y gestos.
Contemplaban la partida de las sonrisas y de las voces roncas,
y las miradas que iban camino de lontananza
parecían más tiernas que en tierra firme.

No hubo invocación sino mudez.
No hubo lágrimas sino ojos vueltos.
No hubo alaridos sino el roce seco de los vestidos sobre la arena.