¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



viernes, 8 de julio de 2011

Sitta



Adoráis el símbolo entregadamente

y tras él os persigue el concepto de la divinidad
que subyace entre vuestros vestidos y vosotras,
entre la apariencia y el ser, entre el ofrecimiento y la espera.

No habría imagen de lo que os vincula a la tierra
si las palabras no se fraguaran en el pensamiento,
si no salieran de las bocas,
si no se trazaran con las manos
ni se hornearan con las intenciones.

Adoráis el esfuerzo y en él la constancia
cuyo don es la supervivencia.
Iréis más allá, sin límite, si os proponéis que el símbolo
no se imponga a vuestra razón.

Postrad las resignaciones,  aplazad la docilidad
y extended vuestras rebeldías,
pues ningún texto es más sagrado que el murmullo
de vuestra sangre, el rumor
que emerge de vuestras entrañas,
el reclamo de que sois hijas poderosas del planeta.

2 comentarios:

  1. Dibujé con mi mirada
    un mundo en el que todo era jardín,
    un mundo de belleza
    con miradas cálidas
    con manos enlazadas
    con abrazos que se unen
    donde el planeta era paz
    era vida y era luz.

    Besos.

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  2. Donde hay dibujo hay modelo. O bien suficiente imaginación para levantar la ciudad interior.

    Gracias por tu hermoso poema, Carla.

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