¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



sábado, 2 de julio de 2011

Itnin



El fruto de los tiempos fue el abandono.

Y  con él la espera.  Los campos nunca permanecieron yermos
Porque ellas estaban allí.
 
Primero contemplaron el horizonte. Volvieron la espalda
a la aldea como si ésta hubiera dejado de existir.
Las olas les arrebataron nombres y gestos.
Contemplaban la partida de las sonrisas y de las voces roncas,
y las miradas que iban camino de lontananza
parecían más tiernas que en tierra firme.

No hubo invocación sino mudez.
No hubo lágrimas sino ojos vueltos.
No hubo alaridos sino el roce seco de los vestidos sobre la arena.



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