¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



domingo, 8 de mayo de 2011

Wahad


Los hombres inventaron la guerra

a la vez que descubrieron el fuego.
Había para repartir entre todos pero alguien siempre
quería más y de manera más fácil y segura.

Y luego vino el agua como objeto de discordia
y los frutos de la tierra, cuyo cultivo desigual hacía enloquecer a unos
y volver soberbios a otros.
Más tarde, cuando comprobaron que debajo del suelo
la oscuridad resguardaba otras riquezas
las entrañas del planeta quebraron, mientras los hombres más audaces
o los más depravados,
hundían sus manos entre las rocas y las hacían más fuertes.

¿Y la mujer? ¿En qué momento la hembra fue causa de conflicto
y desavenencia entre las tribus más ancestrales?
Misterio es, pero siempre hubo quien hizo de su bien
un trato y no dudó en sembrar sangre en lugar de convivencia.