¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



miércoles, 15 de septiembre de 2010

Casida Dha



Me gusta la cháchara en torno al fuego de la noche.

Rumores que llegan de lo visible y de lo invisible.

En ellos se desata la imaginación de los caravaneros
mientras se habla de ciudades que jamás oí mencionar
y de oasis donde se podría levantar la tienda de la calma
y de costas de cuya existencia jamás había soñado.

Yo quisiera contar a estos hombres de mi causa emprendida
y que supieran de aquello que me ilusiona y de lo que me mortifica
de lo que me ilumina y de lo que me oscurece
de cuanto me sujeta y de cuanto se desprende de mi.

Pero blindo con la prudencia el sentir por mi amada y me evado.
Mis acompañantes adivinan en mi faz el rasgo de una pasión
que acaso no desconozcan ellos en sus vidas.

Las sombras se multiplican tras las dunas.
No me recojo en ellas sino en ti.

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